New York.- El 8vo encuentro de puertoplateños radicados en la ciudad de New York puede ser considerado como el mayor "junte" de dominicanos, solo después de los dos grandes desfiles que efectúa la comunidad dominicana, la cantidad de personas que este domingo 5 de agosto se dieron cita en el parque de Randall Island así lo testimonian.
Una organización impecable, un apoyo masivo de empresas, tales como Jet Blue y varias de embarques, ponen de manifiesto la gran importancia que este evento ha ido adquiriendo año tras año, ya no solo para los ciudadanos de La Novia del Atlántico, sino para todo aquel que quiera disfrutar de un ambiente netamente dominicano.
Desde tempranos horas de la mañana, los organizadores del evento, empezaron arreglar las carpas que identificarían a cada municipio de esta laboriosa comunidad, cada detalle, fue minuciosamente chequeado, cada esquina impecablemente limpia, todo, a la espera de los cientos de dominicanos que convertirían el parque, aun fuera por unas horas, en República Dominicana en miniatura.
La temperatura rodaba los 100 grados y la humedad sobre los 80, y nada de esto impidió que el parque se llenara por completo y ya para las 2 de las tardes no había donde parquear los cientos de automóviles que llegaban. El olor a comida se confundía con la suave brisa que llegaba desde la ribera, la música se hacia más estridente, y el revoloteo de los niños en el césped hacia sentir una tranquilidad difícil de conseguir en una ciudad tan convulsionada como New York.
Al ir pasando las horas, me di cuenta que ese evento era realmente un encuentro, pues a cada momento se podía observar los abrazos, los besos, las preguntas, las lagrimas, las presentaciones, todo bajo el marco de una camarería que tenia tiempo no veía.
Como dije anteriormente, este evento que ha crecido con los años, ha ido ganando más y mas apoyo, tanto así que desde Puerto Plata vinieron personalidades, varios concejales del municipio cabecera, cuatro diputados y el evento fue bendecido por el obispo de la catedral de Puerto Plata.
Pero este evento no fue únicamente para puertoplateños, pues pude comprobar decenas personas de otras provincias y hasta varios mexicanos y centroamericanos, y los inseparables puertorriqueños, los cuales no se podrían perder un evento donde haya comida, música y alcohol.
La comunidad puertoplateña enseñó una vez más lo organizados que son y lo importante que es para ellos mantener vivas sus raíces.
Felipe Eusebio
