Puerto Plata.- Desde hace unos diez años el destino turístico de Puerto Plata ha caído en una picada indetenible, la cual no ha podido revertirse ni con la inversión de miles de millones de pesos en la ejecución de diversas obras.
En el ínterin de esta prolongada crisis del turismo en esta provincia se han creado diversas instituciones, se han realizado diversos eventos donde se ha analizado la causa de los problemas por los que atraviesa la industria de la hospitalidad y el ocio.
Calificados técnicos han sido contratados para que hagan estudios y recomendaciones para enfrentar los problemas, se ha enarbolado un discurso optimista y se han creado diversas organizaciones y decenas de acciones, pero el turismo sigue en picada.
Estos reiterados fracasos han provocado el desaliento de las actuales autoridades del Ministerio de Turismo, con su titular Francisco Javier García a la cabeza, que ha soltado en banda el destino Puerto Plata, el cual está prácticamente a la deriva.
Lo mismo ha sucedido con algunos de los dirigentes del Cluster Turístico, la Asociación de Hoteles del Norte (ASHONORTE), la Comisión para el Rescate del Centro Histórico, Plan Estratégico y de otras instituciones que por desencanto han renunciado.
Esta cadena de interminables de fracasos ha colocado este destino al borde de la desaparición, ya que de no revertirse la caída del flujo turístico en los próximos dos años, los hoteles locales no podrían operar si la ocupación desciende a menos de 40 por ciento.
Eso significa que se le está haciendo tarde al sector turístico para cambiar esta peligrosa tendencia, por lo que se impone que el 2012 sea declarado como el Año del Ahora o Nunca para Puerto Plata.
Lo que representa una sentencia de muerte para el sector turismo y para evitarla los puertoplateños estamos obligados a unirnos y si no lo hacemos, compremos la ropa de luto para que asistamos al entierro de la industria sin chimenea en la Costa de Ámbar.
No es ocioso recordar que para alcanzar el éxito en cualquier actividad, no basta con que seamos optimistas, sino que es necesario que asumamos y creamos que vamos a triunfar, y saber lo que queremos para obtener lo que queremos.
Queremos recordar a todos los puertoplateños, finalmente, que los planes, las propuestas y las ideas, como la filosofía, cuando están separados de la acción constituyen por sí mismos un síntoma y una expresión de impotencia.
Si las autoridades del gobierno central y municipal y nuestros legisladores no quieren o no les interesa contribuir a resolver los problemas que afectan el turismo local, recurramos al ejemplo de acción más reciente, expresado en el reclamo del 4 por ciento del presupuesto para la educación.
No sigamos de brazos cruzados, rompamos con la pasmosa pasividad que mantiene paralizado a Puerto Plata, el pueblo del General Gregorio Luperón, quien proclamó que "las naciones son lo que quieren ser y no lo que algunos quieren que ellas sean"
Por Manuel Emilio Gilbert